• Miércoles, Abril 17th, 2013

En el segundo capítulo se habla sobre la necesaria revisión crítica que se debe hacer a toda teoría:

2. La novedad y peculiaridades de la propuesta no han permitido que se realice todavía el correspondiente proceso de revisión crítica

Según los criterios al uso en el mundo científico, cualquier teoría, por sugestiva que sea, debe sufrir un proceso de contrastación con datos llegados de fuentes diversas. Para que un hecho sea aceptado como real, es necesario que pueda reproducirse por parte de investigadores independientes, quienes desde sus posiciones particulares deben llegar a los mismos resultados. En las ciencias empíricas esto se lleva a cabo mediante la realización de experimentos. Si un equipo de investigadores logra reproducir el mismo ensayo que otros situados a distancia realizaron anteriormente, se admite la realidad del fenómeno a demostrar.

En el caso de la investigación filológica, no pudiéndose llevar a cabo experimentos prácticos, la única forma de verificar la bondad de una teoría reside en el diálogo y la crítica por parte de autores que trabajen en diversas líneas de investigación. Si otros analistas llegasen por vías alternativas a las mismas conclusiones que Lakarra, o si hubiese un consenso generalizado entre los investigadores de alto nivel, podríamos empezar a admitir la fiabilidad de su teoría, pero mientras no sea así, su modelo teórico deberá revisarse o someterse a constante debate científico. No hacerlo supone correr el riesgo de dar por válidas teorías alejadas de la realidad.

Si el equipo de Lakarra se escudase en su defensa argumentando que la materia exige conocimientos muy profundos de filología vasca, y que a nivel internacional únicamente él y su equipo disponen de tales conocimientos, esto implicaría automáticamente la imposibilidad de someter su teoría a un proceso de revisión. Por tanto, ya solamente por cuestiones metodológicas, ningún científico serio podría admitirla como válida. Es verdad que la situación del euskera como lengua minorizada ha provocado que el mundo filológico vasco sea pequeño en comparación a los del entorno, y esto supone que el volumen de especialistas suficientemente competentes en la materia sea reducido. Por eso entendemos que el proceso de crítica a la obra del profesor de la UPV puede ser lento, ya que se tiene que hacer por parte de personas capacitadas. No obstante, Lakarra y su equipo no pueden aprovechar esta situación de escasez de especialistas, como si la aparente ausencia de críticas de enjundia fuera un espaldarazo a sus postulados.

Al contrario, están obligados a reconocer que, atendiendo a los parámetros del método científico, mientras sus ideas no puedan ser contrastadas por analistas independientes, las reconstrucciones del protoeuskera y preprotoeuskera deben considerarse hipótesis y conjeturas no probadas. Como se suele decir en el lenguaje del derecho: “Testis unus, testis nullus”. Si no existen varios testigos de un mismo hecho, no tenemos manera de comprobar la fiabilidad de una declaración, por lo que el testimonio de una única fuente, aunque sea prestigiosa, no puede admitirse como indiscutible.

Lo más parecido hasta el momento a una contrastación con otros autores y de comprobación de si se puede llegar a las mismas conclusiones desde trabajos independientes, podría ser el papel que se le concede a la teoría de la raíz monosilábica en los otros dos grandes proyectos de diccionarios etimológicos de los últimos años: el del desaparecido investigador norteamericano Larry Trask, y el del francés Michel Morvan, este último con el asesoramiento del profesor emérito de la universidad de Burdeos y académico de honor de Euskaltzaindia Jean-Baptiste Orpustan.

En el primer caso, nos llama la atención que a pesar de que en el momento del fallecimiento de Trask se encontraba ya muy desarrollada la teoría de la raíz monosilábica, y que incluso ambos investigadores habían colaborado en obras colectivas, el lingüista norteamericano no incorporase en su diccionario etimológico ni una sola de las propuestas de Lakarra. La única aparición del profesor de la UPV se produce al principio, intercalado en una larga lista de personas dedicadas a la investigación de la lengua, sin añadir nada más. Trask prefirió en todo momento mantenerse dentro de la prudencia, manejando como referencia básica la obra de Koldo Mitxelena.

En el segundo caso, Morvan no sólo rechaza frontalmente las etimologías de Lakarra, sino que vierte algunas de las críticas más duras conocidas hasta ahora, utilizándose los crudos calificativos de arriesgadas, extravagantes, absurdas, e incluso el de monstruosas:

“Et si en plus, à partir de cette règle, certes valable, on extrapole de façon hasardeuse et systématique des reconstructions comme celles de J. A. Lakarra du type ihintz “jonchaie” < *inintz < *ninintz avec redoublement ou ohol “planche” < *onol < *nonol, on obtient des formes étranges qui font du proto-basque une langue quelque peu infantile proche de la lallation ou du babillage, surtout si l’on applique le redoublement (qui existe certes comme pour gogor “dur” qui est clairement attesté en même temps que gor “dur, sourd” dans le lexique) à d’autres termes en dehors même de la règle du -n- intervocalique: adar “corne” < *dadar, odol “sang” <*dodol, etc. Prudence! Attention au biais méthodologique. Ces solutions paraissent bien onéreuses. Il ne suffit pas de paraître “scientifique” et offrir des restitutions qui sont attirantes et satisfaisantes pour l’esprit. En refusant que le basque soit apparenté à d’autres langues et en le maintenant uniquement en situation de se regarder le nombril on risque d’arriver à des reconstructions extravagantes. (…) En revanche il est bien hasardeux et imprudent d’affirmer comme le fait J. A. Lakarra que arraultze “oeuf” n’a pas de rapport avec erron “pondre” (au contraire il en a bien un comme le prouve sa variante arrontze!) ou de proposer pour urde “porc” une forme romane turpe/*durpe devenue subitement *burde (sic), pour hagin “dent” un emprunt à une forme latine caninu (sic), pour belar “herbe” le roman hierba (sic), pour aiher “penchant” le gascon cranhe “craindre” (sic), pour aulki “siège” un prototype *abedul-gi (sic), que ezkabia est un composé de hatz et scabia alors qu’il s’agit seulement du latin scabia et je passe sur bien d’autres invraisemblances qui créent des monstres comme ibai “fleuve, rivière” qui viendrait de *hur-ban-i “eau coupée”(sic) alors qu’on a seulement bai dans la toponymie ancienne (Baigorri, Bayonne, etc.), ou arraultza “oeuf” de *e-da-ra-dul-tza (sic), ezker “gauche” de *hertz-gu(n)-ger (sic), etc. L. Michelena qui avait pourtant montré des voies intéressantes pour le proto-basque doit se retourner dans sa tombe au vu de ces reconstructions excessives, voire carrément absurdes. J.A. Lakarra est donc plutôt malvenu de critiquer mes comparaisons du basque avec des langues non-indoeuropéennes, lointaines ou non. En fait l’anti-comparatisme aboutit à chercher à tout prix des reconstructions internes ou des emprunts, fussent-ils absurdes” (Morvan, Diccionario etimológico vasco).

Michel Morvan es un estudioso que ha publicado gran cantidad de artículos en la revista de la Academia Euskera, así como en Fontes Linguae Vasconum, Oihenart, etc. También ha participado en jornadas de onomástica y toponimia organizadas por Euskaltzaindia. Por su especial relación con el tema queremos destacar la minuciosa crítica que realizó al diccionario etimológico de Manuel Agud y Antonio Tovar, publicada en Euskera desde 1992 a 1999. Independientemente de la validez de las propuestas etimológicas de Morvan, que deben someterse también a un proceso de revisión, consideramos muy inquietante que un lingüista tan especializado en la materia se exprese en términos tan contundentes, y para muchos provoca que se alberguen serias dudas acerca del rigor científico de la obra de Lakarra.

Por ello, la teoría de la raíz monosilábica debería someterse como mínimo a algún proceso de supervisión, y más cuando las creaciones del profesor vizcaíno se han venido publicando en revistas en las que, o bien es miembro de su consejo de redacción o de asesoramiento (Fontes Linguae Vasconum, Oihenart, etc), o bien lo son colaboradores íntimos suyos, por no hablar del caso de ASJU, su medio más asiduamente utilizado, del que es director y editor desde hace más de dos décadas, lo cual lo coloca al abrigo de la labor revisora de comités independientes.

VN:F [1.8.8_1072]
Rating: 0.0/10 (0 votes cast)
Sarrera honen iruzkinak jarrai ditzakezu ondorengo rss jarioaren bitartez: RSS 2.0
You can leave a response, or trackback from your own site.

5 comentarios

  1. Poste trop plaisaոt !!!

    UN:F [1.8.8_1072]
    Rating: 0.0/5 (0 votes cast)
  2. Lees articles ѕont effectivement intéressants

    UN:F [1.8.8_1072]
    Rating: 0.0/5 (0 votes cast)
  3. C’est du bonheur de parcourir ce blog

    UN:F [1.8.8_1072]
    Rating: 0.0/5 (0 votes cast)
  4. Encore un article incontestablement attrayant

    UN:F [1.8.8_1072]
    Rating: 0.0/5 (0 votes cast)
  5. Je suis entièrementd’accorԀ avec voսs

    UN:F [1.8.8_1072]
    Rating: 0.0/5 (0 votes cast)
Añadir comentario